sábado, 6 de mayo de 2017

Cómo llegar a viejos sin morir en el intento




Ha salido en la prensa una noticia sorprendente. En España hay actualmente 16.000 centenarios. Sabía que el nuestro es uno de los países del mundo con mayor esperanza de vida, pero no sospechaba que tantos españoles hubieran cumplido ya los 100 años. Eso supone que para muchos la mayor parte de su tiempo de su vida va a transcurrir en años de vejez y ancianidad. Es decir que la etapa de la vejez va a ser más larga que la etapa de la adolescencia, que la etapa de la juventud,  que la etapa de la madurez.

¿Qué podemos hacer para afrontar ese reto? En primer lugar dar gracias a Dios por ese don que también es fruto del trabajo del hombre que ha llevado un avance extraordinario de la medicina y de la cirugía.

En segundo lugar, hay que tomar una decisión muy importante en nuestra vida. Hay un cruce de caminos que indica dos direcciones distintas: una del abuelo cariñoso y tierno, la del viejo feliz, con amigos, con proyectos realizables a su edad, con la suficiente flexibilidad para ver venir tiempos distintos y costumbres nuevas. La otra dirección termina en el viejo solitario, gruñón, intratable, amargado y egoísta.

Y en tercer lugar, hay agradecer mucho a Dios que nos haya dado un Papa Francisco que es anciano y un verdadero maestro para todos los ancianos; continuamente se está refiriendo a ellos. Al final de esta entrada pondré unas cuantas frases del Papa Francisco que compendian su pensamiento sobre los viejos.

Lo que es realmente muy penoso es que un hombre o una mujer a partir de cierta edad vaya por la vida de ateo o de agnóstico. La luz crepuscular del ocaso es mucho más rica que la luz del alba. Se hace más fácil entender nuestra condición de criaturas, nuestra necesidad de la religión. Conforta mucho saber que la mayoría de los jóvenes actuales que hoy han roto con su vínculo bautismal, dentro de unos años,  volverán a rezar, volverán a las iglesias.

La verdadera esperanza cristiana, fundada en la palabra de Jesucristo y cultivada por la oración y los sacramentos, puede llegar eliminar completamente el miedo tanto la vida como a la muerte. Recuerdo con cariño a una anciana sabía que me decía: yo ya le he dicho al Señor que tengo las maletas preparadas, pero que no tengo ninguna prisa. Con su vida y con su trato hacia un bien muy grande a muchas personas.
Es bueno querer vivir muchos años si es posible con un grado de salud aceptable y con una mente lúcida para servir al Señor y a las almas.

Pero también ancianos que sufren enfermedades o dolencias penosas crónicas pueden sentirse contentos de vivir muchos años, contribuyendo con sus cuerpos a la redención de la humanidad realizada por Jesucristo en la Cruz. Suplo en mi carne, lo que falta a la Pasión de Cristo, decía San Pablo.


Por último, quiero hacer una referencia al cuidado de la salud. A partir de cierta edad el cuidado de la salud supone una porción importante de lo que podemos llamar santificación de los deberes ordinarios del cristiano. No se trata de ser eternos que para eso tendremos ya la vida eterna. Se trata de mantener durante en la medida de lo posible un grado de independencia y una capacidad de ser útil a los demás.

En España tenemos la suerte de gozar de una sanidad pública realmente buena. Alguna vez hay que entrar en su engranaje. Eso supondrá una rutina de citas, esperas, consultas, revisiones, tratamientos y también, si es preciso,  cirugías. Es parte del vivir más años para servir a Dios ya los demás. También es un motivo de gratitud al Señor el que detrás de ese servicio público nos encontramos con un personal sanitario de excelente calidad humana y técnica.

7 frases del Papa Francisco sobre la importancia de nuestros abuelos
1.- "El anciano no es un extraterrestre. El anciano somos nosotros: dentro de poco, dentro de mucho, inevitablemente, aunque no pensemos en ello. Y, si no aprendemos a tratar bien a los ancianos, así nos tratarán a nosotros" (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 04/03/2015)
2.- "¡Que importantes son los abuelos en la vida de la familia para comunicar ese patrimonio de humanidad y de fe que es esencial para toda sociedad!" (Reflexión antes del rezo del Ángelus, JMJ Río 2013, 26/07/2013)
3.- "Los abuelos son la sabiduría de la familia, son la sabiduría de un pueblo. Y un pueblo que no escucha a los abuelos es un pueblo que muere". (Encuentro Mundial de las Familias, Roma, 27/10/2013)
4.- "¡Es un gran don para la Iglesia, la oración de los abuelos y de los ancianos! La oración de los ancianos y abuelos es un don para la Iglesia, ¡es una riqueza! Una gran inyección de sabiduría también para la entera sociedad humana: sobre todo para aquella que está demasiado ocupada, demasiado absorbida, demasiado distraída" (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 11/03/2015)
5.- "Los abuelos, los abuelos tienen una capacidad para comprender las situaciones más difíciles: ¡una gran capacidad! Y cuando rezan por estas situaciones, su oración es más fuerte ¡es poderosa!" (Encuentro con los ancianos, Ciudad del Vaticano, 23/09/2014)
6.- "Qué bello es el aliento que el anciano logra transmitir al joven en busca del sentido de la fe y de la vida! Es verdaderamente la misión de los abuelos, la vocación de los ancianos. Las palabras de los abuelos tienen algo de especial para los jóvenes. Y ellos lo saben. Las palabras que mi abuela me dio por escrito el día de mi ordenación sacerdotal, las llevo todavía conmigo, siempre en el breviario, y las leo a menudo, y me hacen bien" (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 11/03/2015)
7.- "Los ancianos son una riqueza, no se pueden ignorar, porque esta civilización seguirá adelante sólo si sabe respetar su sensatez y su sabiduría" (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 04/03/2015)


J.S

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